viernes, 29 de agosto de 2008

FORMAS DE EXPLOTACIÓN Y RIQUEZA CAPITALISTA

Por Río León

TEXTO Nº 8

El derecho de los capitalistas o propiedad privada tiene su origen en el robo. Así como la esclavitud cosificante de la “edad antigua”; la servidumbre medieval y la miseria de campesinos y jornaleros de la “edad media”.

La propiedad privada se apoya siempre sobre la pobreza y la miseria de los demás, principalmente de los obreros y trabajadores. El trabajador y el obrero quedan rebajados a mercancías, a la más miserable de todas las mercancías. El salario habitual es, según Smith, el mínimo compatible con la simple humanité, es decir, con una existencia animal.

El capitalista extrae, como una de sus principales riquezas o ganancia, primero de los salarios y después de las compras baratísimas de las materias primas y luego venderlas sobrevaloradas.
El obrero se empobrece aún más cuanta más riqueza produce; increíblemente se desvaloriza como mercancía tanto más valor adquieren las cosas que produce. Así el mundo humano se desvalorización cuando se da más valor al mundo de las cosas.

Al precio de la mercancía obrero-trabajador le ocurre como a cualquier otra mercancía; depende de la oferta y la demanda. Si la oferta es mucho mayor que la demanda, una parte de los obreros se hunde en la mendicidad o muere por inanición. El obrero se ha convertido en una mercancía y para él es una suerte poder llegar hasta el comprador. La demanda de la que depende la vida del obrero, depende a su vez del humor de los ricos y capitalistas.

El obrero ha de luchar no sólo por su subsistencia física, sino también por encontrar y lograr trabajo. Sobrevivir conduce a un exceso de trabajo de los obreros. Cuanto más tiempo deben sacrificar para sobrevivir, enajenándose de toda libertad, han de realizar, un trabajo de esclavos. Ante la multiplicación del número de obreros y trabajadores, la competencia entre ellos se hace tanto mayor, más antinatural y más violenta.

Ahora bien, que el capitalista esté interesado en el bien de la sociedad quiere decir, según la vida cotidiana y su conducta, está interesado en el crecimiento de su propia riqueza. El capitalista no considera al obrero como un ser humano, por eso el salario que le paga es una simple deducción de lo que le ha de servir al obrero para seguir trabajando. No le importa su salud, su cuidado, su seguridad, para eso están las estadísticas, sólo le importa la inmensa ganancia que le reporta cuanto menos lo pague.

UNA VEZ QUE EL OBRERO TOME CONCIENCIA
SE MOVILICE EN GRANDES MASAS HACIA
UNA SOCIEDAD SUPERIOR, CONQUISTARÁ SU
VERDADERA HUMANIDAD.

En esencia, el capitalismo, es decir, la propiedad privada sobre los productos del trabajo ajeno, es una vil explotación y robo legal, porque además, requiere el concurso de la legislación, el Estado y la religión para santificarla. Tal herencia y poder está basada en el poder de comprar. Y, no sólo se compra barato la mercancía, sino las voluntades y las decisiones.

Sólo una Sociedad Superior podrá transformar este horror de cosas.

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